La
concepción musical que The XX tienen
no es simple ni entra por los sentidos de primeras, en mi propia experiencia,
la primera vez que los escuche me dejaron un tanto confundido y más habiendo
leído lo que de ellos se decía por aquel 2009. Lo que está claro es que
apostaron por una manera innovadora de desarrollar su concepto musical y eso es
de agradecer.
La formación se concibió en la escuela Elliott School , señalo esto porque casualmente de esta escuela universitaria provienen también The Maccabees, Hot Chip, Burial, Four Tet entre otros artistas, seguro que no es casualidad y en esa escuela se potencia y promueve la creación artística de sus alumnos, lo cual, me hace pensar que el talento se puede tener, pero se deben proporcionar las vías para expresarlo y hacerlo llegar a la gente y esta escuela parece un buen ejemplo. Ocupándonos del álbum, The XX tenía en mi opinión dos opciones, continuar por el camino de la innovación o intentar mejorar lo que ellos mismos crearon con un sonido propio, al parecer han optado por la segunda opción y me parece bien, puede ser porque no nos pilla de nuevas y ya nos hemos acostumbrado, pero este álbum me parece que tiene lo mejor de la manera de concebir la música del grupo y a la vez es más accesible.
El disco fue concebido entre el final de la gira en 2011 y los últimos retoques se dieron en mayo de 2012, las canciones fueron escritas de manera individual basadas en las propias experiencias de el guitarrista Romy Madley Croft y el bajista Oliver Sim mientras que la producción corrió a cargo de otro miembro de la banda Jamie xx, el cual influye de manera definitiva en el sonido del álbum por su background como DJ y sus influencias Dubstep. Sus canciones se caracterizan por elementos dispersos como la progresión de acordes simples, patrones incompletos de guitarra con ritmos ligeros, teclados con ritmos constantes y consistentes todos ello con acompañado con arreglos que llevan a una sensación de desvanecimiento según lo vas escuchando. Aquí os dejo uno de los singles del disco remezclado:
The XX no es una banda que llegue de manera inmediata, sus composiciones pueden llegar a parecer incluso claustrofóbicas pero tienen algo, en cierto modo, han descubierto un universo sonoro propio que con sus arreglos y disposición sonora hacen que las canciones se te queden en la cabeza aunque rítmicamente no sean fáciles de entender, en palabras de muchos críticos su habilidad con la dinámica de los sonidos hacen que cosas simples a priori se conviertan en composiciones complejas que en su conjunto ofrecen un nuevo prisma para entender el indie pop que practican. En este álbum no hay una evolución clara respecto al anterior pero tienen todo el derecho del mundo para hacerlo, ya que, su sonido no está ni mucho menos quemado.
La formación se concibió en la escuela Elliott School , señalo esto porque casualmente de esta escuela universitaria provienen también The Maccabees, Hot Chip, Burial, Four Tet entre otros artistas, seguro que no es casualidad y en esa escuela se potencia y promueve la creación artística de sus alumnos, lo cual, me hace pensar que el talento se puede tener, pero se deben proporcionar las vías para expresarlo y hacerlo llegar a la gente y esta escuela parece un buen ejemplo. Ocupándonos del álbum, The XX tenía en mi opinión dos opciones, continuar por el camino de la innovación o intentar mejorar lo que ellos mismos crearon con un sonido propio, al parecer han optado por la segunda opción y me parece bien, puede ser porque no nos pilla de nuevas y ya nos hemos acostumbrado, pero este álbum me parece que tiene lo mejor de la manera de concebir la música del grupo y a la vez es más accesible.
El disco fue concebido entre el final de la gira en 2011 y los últimos retoques se dieron en mayo de 2012, las canciones fueron escritas de manera individual basadas en las propias experiencias de el guitarrista Romy Madley Croft y el bajista Oliver Sim mientras que la producción corrió a cargo de otro miembro de la banda Jamie xx, el cual influye de manera definitiva en el sonido del álbum por su background como DJ y sus influencias Dubstep. Sus canciones se caracterizan por elementos dispersos como la progresión de acordes simples, patrones incompletos de guitarra con ritmos ligeros, teclados con ritmos constantes y consistentes todos ello con acompañado con arreglos que llevan a una sensación de desvanecimiento según lo vas escuchando. Aquí os dejo uno de los singles del disco remezclado:
The XX no es una banda que llegue de manera inmediata, sus composiciones pueden llegar a parecer incluso claustrofóbicas pero tienen algo, en cierto modo, han descubierto un universo sonoro propio que con sus arreglos y disposición sonora hacen que las canciones se te queden en la cabeza aunque rítmicamente no sean fáciles de entender, en palabras de muchos críticos su habilidad con la dinámica de los sonidos hacen que cosas simples a priori se conviertan en composiciones complejas que en su conjunto ofrecen un nuevo prisma para entender el indie pop que practican. En este álbum no hay una evolución clara respecto al anterior pero tienen todo el derecho del mundo para hacerlo, ya que, su sonido no está ni mucho menos quemado.
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