Cuarto álbum de los londinenses como indica el título,
además hacía cuatro años que no sacaban disco y han dicho que, es el único de
su carrera compuesto por los cuatro miembros originales, por lo tanto,
parece que cuatro es el número mágico para recuperar el terreno perdido en
estos cuatro años y difuminar esos crecientes rumores de separación.
Nos encontramos ante una banda nacida en el 2003 que fue una
de las sensaciones de comienzo de siglo, el origen, es el festival de Reading de 1999, en el cual, se
conocieron Russell Lissack (guitarra)
y el carismático Kele Okereke
(cantante, guitarra acompañante) desde ese momento, sentaron las bases del
grupo que, tras una audición y un anuncio en NME completaron la formación actual con Gordon Moakes (bajo) y Matt
Tong (batería). Su golpe de fortuna fue creer en ellos mismos y enviar a Steve Lamacq (BBC Radio 1 DJ) y al
cantante de Franz Ferdinand, Alex Kapranos una copia de la demo de
"She's Hearing Voices". Uno
los patrocinó en la radio y el otro les
invitó a tocar en una fiesta de su discográfica desde aquí, éxito,
evidentemente no estaban equivocados.
Las influencias de la banda en sus comienzos eran claras
The Cure, Joy Division, Blur, The Smiths,
Suede (Okereke afrimó que Dog Man Star fue el primer álbum del que se enamoró y en
eso coincidimos, porque sí bien para mí, no fue el primero sí que fue uno de
mis amores) sin embargo, según fueron avanzando las inquietudes electrónicas de
Okereke (fan declarado de Mogway, del que llegó a declarar que el álbum Mogwai Young Team había cambiado su vida y que comenzaba el año
cero en la música para él ) fueron conduciendo a mas distanciamiento en la
banda, que provocó la aventura en solitario del cantante (The Boxer, 2010) y los coqueteos de Lissack con Ash. Bajo
estas circunstancias volvieron a grabar en el 2011 y lo hicieron orientándose
mucho más al rock, incluso en algunos puntos del disco, hasta los extremos más
radicales, aunque los mezclan con canciones que dedican espacio al amor e
incluso a la suavidad melódica. Para mí siempre es un placer escuchar la manera
de interpretar a nivel lírico al amigo Okereke,
me gusta su nerviosismo cantando, su manera de acompasar los tempos en las
canciones y la originalidad de su voz. Aquí os dejo el tema que para mí suena
más Bloc Party:Este álbum me recuerda a Forth (2008) de The Verve debido a las similitudes circunstanciales en las que sale al mercado pero, debo decir que, este es una mejor aproximación a lo que pretende Bloc Party que, ese manido intento de retorno de The Verve del amigo Ashcrof. Es cierto que después de cuatro años se podría esperar más de la banda, sobre todo después de las grandes esperanzas que estaban puestas en ellos y que les llevó a situarles por encima de Mäximo Park (contemporáneos con ellos, a menudo comparados y para mi mejores) y que en mi opinión, no han acabado de cumplir como muchos habían predicho. En resumen disfrutar el disco porque esta gente tiene talento y siempre hay temas guapos.
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